
Todo comenzó hace ahora muchos años, tras finalizar una expedición en la cordillera de los Andes. Fue entonces cuando Salvador Guinot, jefe de lo que posteriormente se denominaría Proyecto Ukhupacha, decidió mitigar el desgaste acumulado en la alta montaña con una visita a las ruinas incas de Machu Picchu (Perú).
Allí comprobó, que esta fascinante ciudad inca parecía esconder aún multitud de secretos entre sus ruinas y vertiginosas paredes. Existían muchos lugares de difícil acceso, que presumiblemente no habían sido aún explorados por ningún arqueólogo, ya que para ello se requería la utilización de cuerdas y técnicas derivadas de la exploración de cuevas y simas, es decir, de técnicas espeleológicas.

Salva vio rápidamente la aplicación de las técnicas espeleológicas en todas estas tareas de exploración. Nuestro dominio de las técnicas de progresión vertical era ideal para acceder hasta todos estos lugares, que, aunque entrañaban cierto riesgo, no eran ni mucho menos, más complicados que muchas de las empresas en las que nos habíamos embarcado con anterioridad.
El Proyecto Ukhupacha, cuyo nombre define el mundo de adentro en la teoría ancestral andina de la formación del universo, comenzaba a perfilarse como una expedición de primer orden mundial, sin embargo, aún restaba superar el que sería el obstáculo más importante de nuestro objetivo: conseguir los permisos necesarios para trabajar en una zona enormemente protegida…

Durante tres años sufrimos en nuestras carnes un sinfín de problemas burocráticos. Tras muchos proyectos, acuerdos de colaboración, convenios, viajes a Perú y tras haber estado a punto de tirar la toalla en repetidas ocasiones, finalmente en el año 2002 la historia se hizo realidad… Daba comienzo la primera parte del Proyecto Ukhupacha. Atrás quedaban muchas horas de cara a la pantalla del ordenador y largas esperas en distintas instituciones españolas y peruanas, para reunirnos con una larga lista de diplomáticos y políticos de ambos países…

Casi catorce años después, el proyecto se ha consolidado como una expedición de primer orden en su sector. Durante esta etapa he tenido el privilegio de participar en cuatro campañas de exploración desarrolladas en Perú. Hemos explorado caminos incas, cavidades, restos arqueológicos, filmado varios documentales… Ha sido una etapa muy importante de mi vida. Estoy seguro que aún volveré a trabajar en el proyecto, todo es cuestión de tiempo, de momento me quedo con el recuerdo de todo el trabajo bien realizado, con las emociones vividas y con las horas que he compartido en Perú con tantos amigos. A todos ellos: Oscar, Estanis, Felipe, Jordi, Manuel… y especialmente a Salva Guinot y Joaquín Lay, las dos personas con las que más momentos he compartido por tierras andinas, un millón de gracias por vuestra amistad y por haber confiado en mí…




