
Qué puedo escribir de los cañones de Madeira… Después de haber estado en la isla en 5 ocasiones y haber descendido gran parte de sus barrancos, sólo puedo afirmar que es uno de los grandes destinos europeos y uno de los mejores a nivel mundial, para la práctica de nuestro deporte. Allí he descendido algunos de los mejores cañones que conozco, pero por encima de todo, he compartido estos descensos con grandes amigos… grandes amigos españoles con los que comparto actividad desde hace años y especialmente grandes amigos madeirenses, con los que tengo la suerte de compartir los grandes cañones de la isla desde que nos conocimos allá por el año 2007…
Remontándonos en el tiempo, cuando visitamos la isla por primera vez en el año 2004, su especial orografía y sus grandes cañones ya nos cautivaron. Por aquel entonces, poco se conocía sobre la mayor parte de sus descensos y el equipo francés capitaneado por Antoine Florin, aún estaba inmerso en su importante trabajo de exploración y catalogación de una gran parte de los cañones. Para aquel primer viaje, contactamos con Antoine y nos facilitó una topoguía de edición particular que recogía los cañones abiertos hasta la fecha.

En septiembre de 2004, mi amigo Raúl Ávila y yo, descendimos los cañones de: Alecrim, Agua Negra, Inferno, Passo Inferior, Funda Inferior, Ribeiro Frío, Lombo Derecho y Joao Delgado Integral. Pero durante los descensos de estos dos últimos cañones, fue cuando realmente nos dimos cuenta del enorme potencial que escondía la isla. El imponente Cañón de Lombo totaliza 770m de desnivel en tan sólo 950m de longitud y la integral del Cañón Joao Delgado, 1.380m de desnivel en 2.500m de desarrollo, con nada más y nada menos que 55 rápeles…
Tras este primer viaje el tiempo pasó, hasta que en el invierno de 2007 contactamos fortuitamente con el madeirense Duarte Silva, quien nos invitó a un encuentro internacional de cañones que organizaban en la localidad de Seixal, (pequeño pueblo situado en la costa norte de Madeira). Durante este viaje y gracias a la enorme amabilidad y buen hacer de nuestros amigos madeirenses Duarte Silva, Lino Filipe y Rui Nelson, conocimos realmente los verdaderos secretos que escondía la isla: los grandes cañones situados en la zona de Chão da Ribeira. Esta zona, ubicada en la costa norte en las inmediaciones del pueblo de Seixal, se sitúa claramente como el punto de referencia para la práctica del barranquismo en Madeira, con descensos de un valor estético y deportivo excepcional.
El gran colector de la zona de Chão da Ribeira es el Cañón de la Ribeira do Seixal, con su principal afluente el Cañón de la Ribeira da Hortelã. Pero además existen otros monstruosos afluentes como: el Jungle Rain Canyon, el Cañón de la Méga, el Cañón de Bûcherons, el Cañón de Retour y el Cañón de la Ribeira da Mesa, (único afluente actualmente abierto en la vertiente izquierda orográfica de la Ribeira do Seixal). Cuatro de estos siete descensos comienzan en una de las zonas más altas de la isla: la llanura de Paul de Serra (situada en torno a los 1.400msnm), descendiendo hasta la zona de Chão da Ribeira y salvando en su camino, en algunos casos, cerca de 1.000m de desnivel.
En todos los cañones de la zona de Seixal no sólo podemos hablar de desnivel, sino también de una calidad estática única y de una continuidad excepcional. La geología de los cañones también es muy especial, con tramos estrechos, engorgados y muy trabajados por el agua. La vegetación también es asombrosa, ya que la Laurissilva, una densísima cobertura vegetal endémica, tapiza literalmente todos los cañones…

Durante el encuentro celebrado en junio de 2007, conocimos las partes inferiores de estos grandes barrancos, descendiendo los cañones de: Seixal Inferior y Hortelã Inferior, además de otros pequeños cañones como: Pedra Branca y Ribeira Funda Afluente.
A finales de 2007 apareció publicada, en portugués y francés, la primera topoguía de Antoine Florin, recogiendo su formidable trabajo y todos los grandes cañones de la isla. Ciertamente este hombre es un verdadero extraterrestre y su trabajo en Madeira ha sido y sigue siendo en la actualidad una verdadera pasada…
Durante el año 2008 y posteriormente durante el 2009, hemos vuelto a Madeira con nuestros amigos Duarte, Lino y Rui y al fin hemos podido descender una importante parte de estos grandes cañones. Durante cerca de una semana, Heike, David Mora, Javi García, Josele Rodríguez, Bruno Candela y yo, hemos descendido los cañones de: Seixal integral, Hortelã integral, Méga integral, Bûcherons y Retour. Aquí os dejamos algunas de las impresiones de estos cañones:
Caudal: los caudales, como es habitual en Madeira, son bajos y asequibles gran parte del año. Ninguno de estos cañones presenta problemas derivados del caudal en condiciones normales. La existencia de las levadas (canalizaciones de agua), que en algunos casos como en Hortelã cruzan el cañón en dos ocasiones, (Levada del Norte y Levada de Seixal), desvían y absorben una importante parte del caudal. Las levadas le restan carácter acuático a los cañones y permiten dividir su descenso en distintos tramos. Es habitual que algunas partes altas de los cañones se encuentren secas, aunque posteriormente las innumerables filtraciones y surgencias hacen aparecer nuevamente el agua…
Equipamiento: el equipamiento de los cañones es excelente. Antoine ha cuidado de forma exquisita todo lo relacionado con el equipamiento. Todos los anclajes instalados son principalmente parabolt M10 y placas con anilla y en menor medida Spit M8 y anillas, todos ellos fabricados en acero inoxidable, (principalmente Raumer y en menor medida Fixe). La ubicación de los anclajes también ha sido muy cuidada, minimizando al máximo los roces sobre las cuerdas y facilitando las recuperaciones. Abundan los pasamanos recuperables y las reuniones colgadas en mitad de las grandes cascadas…
Aproximaciones y retornos: aunque las descripciones de las aproximaciones y los retornos que aparecen en el libro de Antoine Florin son muy escuetas, siempre van acompañadas de las coordenadas UTM de diversos puntos. Además, los mapas de las distintas cuencas hidrográficas que aparecen en el libro resultan de gran ayuda. Por lo tanto, resulta imprescindible utilizar un receptor GPS en todos los cañones. Por contra, las topografías y descripciones de los descensos son muy completas.
Observaciones: incuestionablemente cualquier programación de descenso de cañones en Madeira debe incluir todos los barrancos de la zona de Chão da Ribeira, ya que son descensos apoteósicos. Está garantizada la faceta deportiva, con desniveles cercanos a los 1.000 metros. Un alto grado de compromiso, con descensos que totalizan en torno a las 9 horas. Un paisaje y un ambiente excepcional y totalmente diferente a lo que estamos habituados por latitudes españolas o centroeuropeas. Las grandes cascadas y las grandes verticales con rápeles de hasta 160 metros de altura en “hilo de araña”. Y un sinfín de grandes emociones…

En definitiva poco más que decir, salvo agradecer una vez más a nuestro amigos Duarte, Lino y Rui su hospitalidad y asegurar que el próximo año volveremos a Madeira otra vez…


El primer descenso de una de las grandes cascadas de Madeira. La apertura del Cañón Capulla.
Durante el último viaje que realizamos a Madeira en septiembre de 2015, nuestro amigo Duarte nos llevó a reconocer un barranco, situado entre los conocidos cañones de Passo y de Inferno, que no había sido descendido aún.

Nadie en el grupo esperábamos que aquella línea de agua, con inicio algo caótico y sin aparente interés, que durante años había pasado desapercibida a la salida del sexto túnel de la gran Levada do Norte, nos iba a deparar poco más tarde una gran sorpresa… Y así fue, cuando algunos cientos de metros después, a medida que íbamos equipando pequeños rápeles y el barranco se hundía entre grandes paredes, llegamos a la cabecera de una increíble cascada de nada más y nada menos que 111 metros de altura. Estábamos ante una de las grandes cascadas de la isla, una gran sorpresa a la que nadie esperábamos tener que enfrentarnos y que, inevitablemente, terminó poniéndonos a prueba.

Fue la mejor forma de celebrar el cuarenta cumpleaños de Duarte y fue también, la cascada de mayor envergadura y más impresionante que he abierto a lo largo de todos estos años. Sin duda una jornada que difícilmente olvidaremos, menos mal que a última hora decidimos coger cuerdas de más y largas…!!
