El vecino olvidado, Portugal, concentra también algunos cañones interesantes. Aunque comparativamente con España o Francia son más bien pocos, ya que tanto nosotros como nuestros vecinos los galos estamos arañando ya los 2.000 barrancos y nuestros vecinos lusos cuentan con algo menos de 200.
La práctica totalidad de estos cañones se encuentran en sus colonias de ultramar: el archipiélago de Azores y de la Macaronesia.
En Azores se concentran en torno al 40 por ciento de los cañones portugueses. Dentro del archipiélago la Isla de las Flores encabeza el ranking, seguida muy de cerca de la Isla de São Jorge y a cierta distancia de la Isla de São Miguel. Los cañones de Azores presentan una orografía similar a la de los de la Isla de Madeira, aunque con una menor envergadura y desnivel, en general mayor caudal y cascadas que caen directamente al mar…
En el archipiélago de la Macaronesia la Isla de Madeira concentra otro 40 por ciento de los barrancos portugueses. Sin duda, es uno de los grandes destinos europeos para la práctica del descenso de cañones, una isla con un potencial barranquero asombroso y con cañones de gran envergadura. Más información de los barrancos de Madeira en: Barrancos en Madeira (PT)
La península de Portugal únicamente aglutina el 20 por ciento restante de los barrancos lusos, principalmente en el parque nacional de la Peneda do Gerês, situado en la zona norte del país, fronteriza con la provincia de Galicia.
En la orografía de Gerês abundan las zonas de vegetación exuberante, el agua y una roca granítica magnífica. Con la amalgama de todos estos factores no es de extrañar que existan cañones formidables como el conocido Arado, Fafião o el vecino Fecha… En conjunto se trata de uno de los destinos más interesantes dentro del Portugal peninsular, aunque no existe demasiada información de la zona y el descenso de muchos de los cañones se encuentra regulado o prohibido por la dirección del parque nacional.
Durante el mes de junio de 2010 visitamos la zona junto a nuestros amigos portugueses. Aunque durante la semana que permanecimos en la zona el tiempo fue detestable y las abundantes precipitaciones recogidas terminaron por hacer impracticables la gran mayoría de los barrancos, sí que pudimos realizar algunos descensos y especialmente compartir muy buenos momentos y gozar de la fantástica hospitalidad de Gaspar, Jorge, Duarte y muy especialmente de la embajadora de los barrancos portugueses, -tal y como dice Duarte- nuestra amiga Amelia Campos. A todos un millón de gracias… seguro que volveremos en busca de más sol y especialmente de mas cañones!!!!